Málaga se
rinde al Cautivo en su salida extraordinaria.
Apoteosis en la
Trinidad. El popular barrio malagueño fue ayer el escenario perfecto para la salida extraordinaria de Jesús Cautivo,
celebrada con motivo del 75º aniversario
de la bendición de la imagen. Parecía Lunes Santo, pero era sábado. El 22 de noviembre ya está en los anales de la
Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de la Trinidad
Coronada.
El único lunar en una jornada pletórica fue el viento,
que sopló con intensidad durante el recorrido procesional del Señor
de Málaga y causó algunos incidentes. Pero ni el vendaval pudo con el
Cautivo. Las previsiones de asistencia se cumplieron y una marea humana
abarrotó la Trinidad desde primeras horas
de la tarde. Las calles estaban a reventar de un público deseoso de ver al
Cautivo en su trono procesional del Lunes Santo, adornado con claveles rojos,
un centro de rosas de ese color, pitas sobre un monte de corcho y lirios. La
imagen fue portada por 228 hombres vestidos con traje oscuro en cada uno de los
dos turnos que se establecieron. El cambio de portadores se hizo en la calle
Don Juan de Austria.
En el interior de la casa hermandad coincidieron el alcalde de Málaga,
Francisco de la Torre; el presidente de la Agrupación de Cofradías, Eduardo
Pastor; la portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento malagueño, María
Gámez; los concejales Gema del Corral (PP) y Manuel Hurtado (PSOE) y el
delegado de Salud, Daniel Pérez (que sacó el trono en el segundo turno en el
varal A). Desde la balconada del edificio cofrade, el cantante de copla Antonio
Cortés no se perdía detalle.
El primer toque de campana del trono lo dio el hermano mayor en funciones
del Cautivo, Juan Bautista. Su intención era que lo hubiese hecho el alcalde,
pero De la Torre cedió ese honor al Bautista y al presidente de la Agrupación,
que fue el encargado de sacar el trono a la calle mientras Manuela Laíno
cantaba una saeta. Seguidamente, la banda interpretó la marcha ‘Bendición’. Los
mayordomos de trono fueron Juan Bautista, Manuel Azuaga y Fran Cabello.
El exhermano mayor Juan Partal fue en la comitiva llevando un bastón. El
alcalde tocó la campana en la calle Trinidad, donde también fue invitado
a hacerlo el alcalde de la ciudad antigua de Panamá, José Blandón, que estaba
acompañado por Gema del Corral. «Es un privilegio y un orgullo para mí
participar en un acto tan importante», dijo Blandón a este periódico tras
recibir la medalla de la cofradía. En la calle Trinidad, asimismo, se le cedió
el martillo a Pedro Martínez, de la taberna de Mariano. Una vez la imagen en la
calle Sevilla, llamó la atención que el alumbrado público tardase en
encenderse, lo que provocó que el Señor recorriese parte de esta vía casi sin
luz.
En la cabeza de la procesión fue la banda de cornetas y tambores del Real
Cuerpo de Bomberos de Málaga, seguida del estandarte y el guión del Señor, 150
hermanos con cirios y una representación del consejo y la junta de gobierno de
la cofradía, que llevaron bastones. En el cortejo también fueron
representaciones de las cofradías de la Salud y del Santo Traslado (radicadas
en la parroquia de San Pablo), de la hermandad del Huerto de Álora y de la de
Medinaceli de la parroquia de Santo Tomás de Aquino (no agrupada).
Hospital Civil
Uno de los momentos más esperados se produjo sobre las siete y media de la
tarde, instante en que el Cautivo pasó por la puerta del Hospital Civil. La
banda de cornetas y tambores de la cofradía trinitaria (cuyo repertorio fue de
56 marchas a lo largo del itinerario), interpretó ‘Bendición’ y las cámaras de
los teléfonos móviles no pararon de hacer
fotos. Profesionales del centro hospitalario vieron al Señor de Málaga desde la
escalinata de acceso a las urgencias del hospital.
A medida que avanzó la noche, el viento sopló con más fuerza. La túnica del
Cautivo (que era de estreno, confeccionada por el modisto Paco Ruiz en tejido
de piel de ángel) tremolaba mecida por el aire. El vendaval, además de
zarandear los árboles, molestó a los integrantes del cortejo y al público que
lo presenciaba. Las fuertes rachas de aire provocaron el desprendimiento de parte de una cornisa
en la calle San Quintín.
Ese incidente supuso que la procesión estuviese parada casi una hora en
tanto que efectivos de los bomberos revisaban y comprobaban el estado de
la fachada. Incluso se barajó cambiar el recorrido, pero al final, y tras dar
el visto bueno los bomberos, el cortejo discurrió por San Quintín, sin bien se
desalojó un tramo de la calle por precaución y ante el riesgo de más
desprendimientos. La procesión, seguidamente, se adentró en la avenida de
Fátima –donde el aire se zumbaba con mucha intensidad– para cumplir la parte
final. Los hombres de trono, con los hombros frescos tras haber relevado a sus
compañeros se esforzaron al máximo como antes habían hecho los que participaron
en el primer turno.
Mecidas y petalada
Una representación de la cofradía de la Salud, situada en la puerta de su
casa hermandad, saludó al Cautivo cuando pasó por la calle Trinidad camino del
encierro. El trono se meció. Lo mismo se hizo delante de la iglesia de San
Pablo. Otro momento emotivo se vivió al llegar la imagen a la casa hermandad
del Santo Traslado, desde donde se lanzó
una petalada al Señor de Málaga.
Los vivas y los aplausos a Jesús Cautivo se
sucedieron hasta que llegó a la plaza que lleva su nombre. Una gran cantidad
de gente esperaba el instante culminante del encierro. La imagen entró en su
casa hermandad minutos a las doce y cinco de la noche tras haber vuelto a
demostrar una vez más que su presencia llena las calles.
Fuente: Sur Málaga
Fuente: Sur Málaga
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